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martes, 2 de enero de 2018

Lady Bird

Lady Bird (2017). Largometraje dirigido y escrito por la actriz norteamericana Greta Gerwig, en el cual nos cuenta la historia de Christine, quien se hace llamar “Lady Bird” (Saoirse Ronan), una estudiante de una preparatoria religiosa, en Sacramento, y su relación amor-odio con su ciudad y sus habitantes, en especial con su madre (Laurie Metcalf). La película se centra en las desventuras amorosas de la chica y en su esperanza de ser aceptada por una universidad neoyorquina para escapar de una vida que considera asfixiante.  Hilarante película en la línea de otros proyectos de Gerwig, como su papel en Frances Ha (2013), de Noah Baumbach, acerca de una joven desafortunada en el amor y en todo, aunque a pesar de sus limitaciones termina sobreponiéndose a ellas. Y así, a pesar de ser una historia de decepciones amorosas entre la chica y los niños ricos “del otro lado de las vías”, lo mejor lo podemos encontrar en la interacción entre Lady Bird y los otros personajes femeninos del film: Lady Bird y su amiga “Julie” (Beanie Feldstein, excelente); Lady Bird y la chica bonita y adinerada Jenna (Odeya Rush); Lady Bird y la hermana Sara (Lois Smith) y, sobre todo, Lady Bird y su madre. Desde su inicio, la cinta está llena de escenas antológicas (la muchacha que salta del auto en movimiento), que se suceden con notable naturalidad: el entrenador de futbol que se ver forzado a dirigir teatro estudiantil, la charla en la cocina acerca de la mentira, el monólogo del amigo en la obra, la broma a la monja y sus efectos… en fin, cine que se inscribe con orgullo en la tradición independiente norteamericana y hace reír al mismo tiempo que se empeña en encontrar la belleza en los lugares menos pensados. Si en el pasado Ronan había demostrado su talento para interpretar personajes melancólicos, ahora ha sabido añadir a lo anterior una comicidad neurótica que ofrece muy buenos resultados.     

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